Soy un pez, un pez libre que nada sin rumbo alguno, porque mi cardumen me abandonó; porque yo renuncié a él. A mi suerte estoy ahora en estas rutas salvajes.

 

Soy un pez, un pez con miedos y defectos, un pez imperfecto y perfecto, uno que le teme a los tiburones que rondan y olfatean esos miedos. Pero valió la pena, ha valido la puta pena dejar a los de mi clase atrás.

 

Me aventuro a nuevas aguas, turbias y gélidas, aunque a veces cálidas y hasta infernales. Mis demonios me atormentan por cada aleteo que doy.

Soy un pez, un pez que aprendió contigo a encontrar y probar, a saborear y a distinguir, a buscar y a rebuscar frescas experiencias. Nuevas experiencias, cosas por ti , cosas sin ti.